domingo, 10 de octubre de 2010

mediodía

(una jornada alegre y vacía. la sensación
en bruto de vivir una vida sin engaños - Carver)

el agua corre de la manguera, recostada sobre el empedrado del patio trasero y moja las plantas que asoman entre la unión de las baldosas. las hormigas, despavoridas, cambian de dirección ante el diluvio.
el sonido del agua corriendo junto con el del vecino barriendo el patio detrás de la medianera se suman al canto de la cigarra generando una orquesta sonora típicamente dominical.
para comer falta más de media hora, pero el aroma de la salsa impacienta mi apetito.
la gata mira fijo la boca de la manguera, no se anima a beber por miedo natural al agua.
estiro mis pies y los ubico estratégicamente bajo el chorro. unas gotas mojan la cola de la gata que, de un salto, se ubica detrás de las macetas.
puedo sentir el olor del empedrado al sol mojado por el hilo de agua que lo roza. mis manos palpan el piso caliente y una hormiga perdida intenta trepar pero no la dejo.
la espalda empieza a quemarme. estiro la toalla y me acomodo boca arriba. cierro los ojos y escucho.