La seguridad de lo conocido. La voluntad de querer saber. El miedo a todo eso que nos es desconocido. La voracidad y la urgencia de conocer antes que abrazar. La memoria como parámetro de lo conocido. Tu memoria incolora: eco infinito de la nada misma.
Mis ojos que te miran y no captan. El miedo de amar lo desconocido.Y con vos temen todos mis sentidos. Decir adiós a tiempo. Nunca es a tiempo cuando escribo, reconstruyo con palabras, descifro. Nunca es a tiempo y ya sos un registro. Quién sos.
La ficción, eficaz por excelencia, no tiene compromiso con la verdad. La felicidad es poder percibirse sin horror.
No, nunca se está a tiempo para escribirlo...
ResponderEliminarPero nunca, nunca.
Saludos
J.