domingo, 18 de octubre de 2015

Velero de plástico

El velero que cambia de color rosa a violeta o a azul
sobre la mesa del bar, al lado de la vela encendida, agonizante
lo miramos para no mirarnos
Los climas propios de las estaciones de transición, 
el clima de nuestras pieles
Todo otra vez, circulares los reencuentros o tal vez
demasiado pronto (demasiado nunca) para pensarte diferente
Pudo ser hermoso, tu miedo, lo de siempre
Algo tan incómodo crecía sobre mis hombros
un deseo pesado que se fundía con temor
o el crispamiento de las células que se exaltan cuando te aproximás
Me desconozco en esta parálisis
soy un puerto, me percibo como tal
la quietud, la espera
El velero en tu mano es una extensión natural
un mini vos
Se renuevan las cosas viejas con dos o tres palabras tuyas, por el modo en que las pronuncias
y por el olor de tu respiración
tus ojos siguen tan fugaces
Miramos el velero cambiar de color, repetimos la palabra ambigüedad
ambigüedad, ambigüedad
nos besamos infinitamente, decís, pero ya somos otros, evolucionamos
no hablemos del pasado, te contestás.
Es rosa, o tal vez es violeta 
definitivamente es rosa
La tormenta afuera nos sorprende, pasados por agua llegamos
a mi casa
si pudiera aproximarme un poco más, y sentir tu cuello
para calmar estos nervios
Un beso que no 
y esa fue y esa será la última vez 
los veleros llegan al puerto, descansan y siguen navegando. 
Mi corazón y mis células están bien
mi corazón y mis células van a estar bien.