martes, 23 de noviembre de 2010

muerte en venecia

me detuve un instante en su cuello. el cable de los auriculares dibujaba una delgada línea de sombra hasta el hueso de su clavícula. los labios concentrados murmuraban sin gesticular. mil novecientos noventa y dos. o quizás noventa y tres. como sea, la diferencia es abismal. me pregunto si conociste las galletitas en lata, los muerde cordones y los vasos plegables. muerte en venecia. bajamos en la próxima y nadie se entera. inaceptable, pecaminoso, ilegal. vamos. sigamos caminando. entonces noto que no soy más alta que vos y eso me deja tranquila. entonces nos detenemos con violencia muda en la primera esquina. entonces morimos en éxtasis cuatro minutos o mil. todo es sepia ¡venecia! me pregunto si conociste las galletitas en lata, los muerde cordones y los vasos plegables. bajamos en la próxima y nadie se entera. acqua alta. estoy inundada de alucinaciones. logro salir de la hipnosis a la que me sometió tu indiferencia plácida. bajemos y caminemos hasta la primera esquina, pero en colores. ¿dónde..? grito con la mirada, recorro el andén vacío ciento ochenta grados. te llevó la marea mientras yo moría en venecia.

domingo, 10 de octubre de 2010

mediodía

(una jornada alegre y vacía. la sensación
en bruto de vivir una vida sin engaños - Carver)

el agua corre de la manguera, recostada sobre el empedrado del patio trasero y moja las plantas que asoman entre la unión de las baldosas. las hormigas, despavoridas, cambian de dirección ante el diluvio.
el sonido del agua corriendo junto con el del vecino barriendo el patio detrás de la medianera se suman al canto de la cigarra generando una orquesta sonora típicamente dominical.
para comer falta más de media hora, pero el aroma de la salsa impacienta mi apetito.
la gata mira fijo la boca de la manguera, no se anima a beber por miedo natural al agua.
estiro mis pies y los ubico estratégicamente bajo el chorro. unas gotas mojan la cola de la gata que, de un salto, se ubica detrás de las macetas.
puedo sentir el olor del empedrado al sol mojado por el hilo de agua que lo roza. mis manos palpan el piso caliente y una hormiga perdida intenta trepar pero no la dejo.
la espalda empieza a quemarme. estiro la toalla y me acomodo boca arriba. cierro los ojos y escucho.

martes, 28 de septiembre de 2010

reincidente

ojos de perro. sabe mentir. pestañas cortas. zapatos feos. mira demás. odiable a veces. querible cuando ríe. dientes pequeños. ama los gatos. lee poco. escribe mucho. piernas chuecas. mal gusto. olor a vainilla. ropa floja. pelo castaño. lagañas. coca sin hielo. uñas comidas. azul. tarde de verano. comida chatarra. malos modales. buena dicción. tela de avión. drogas malas. silencio. imperceptible. pasos sigilosos. patines. gripe frecuente. mala memoria. abraza mucho. ojos de perro.

lunes, 20 de septiembre de 2010

indiferencia

me indigna la indiferencia. esperar permaneciendo.
lentitud frívola, gritos solapados. ustedes, siempre tan así.
me muero de a poco esperando algo. ud no tiene prisa. yo la tengo, como ansias de barbarie.
¿cuándo viene? ¿va a llegar? cinco meses, seis meses, varios años.
¿acaso ud cree que la espera puede reemplazarse con alguna distracción?
no hay distracción que calme semejante sed.
ud sabe, tengo sed.
tomé con una pajita restos de una coca-cola que dejó un amigo. todavía siento el dulzor.
ud es indiferente y espera con serenidad.
piensa: ningún desierto es amenazante, el agua está en todas partes aunque desee no beberla.
pienso: sobrevivir de a sorbos, hasta encontrar un océano.

lunes, 6 de septiembre de 2010

feel coles

la temporada de inmunogóticas ya pasó.
confiás en que asociarte al club de los homó-patas va a darte mejores resultados. a mi me parece bien. tiempos nuevos.
me quedo quieta y veo cómo llega.
mientras, vos te vas de ese lugar en ruinas para siempre.
otro día en el paraíso.

(dedicado a D en forma y a B en contenido)

domingo, 22 de agosto de 2010

pez

el cuerpo se le retorcía como un pez que lucha por sobrevivir fuera del agua. se movía y temblaba sin poder controlarlo.
me acuerdo de la expresión de su boca, siempre tenía una mueca como de estar por reírse a carcajadas, pero se contradecía con su mirada seria y un poco perdida.
la primera vez llamé a su mamá, pero se enojó tanto que le tuve que prometer que no la volvería a llamar en esas situaciones que sólo compartía conmigo; agonía de pececito.
yo no tenía experiencia, entonces la calmaba contándole cosas intrascendentes, como lo que había hecho en el colegio o de quién gustaba alguna compañera.
entonces cuando empezaba a prestarme atención se olvidaba de la agonía, y la distracción hacía que poco a poco comenzara a recomponerse.
no sé cuándo fue que dejamos de vernos. siempre sospeché que sus papás tenían celos de que ella sólo confiara en mí.
se mudó lejos. las tardes me costaban más que levantarme a la mañana. veía tele sola, dibujaba sola y a veces me olvidaba de merendar.
hace poco volvimos a vernos. tenía el pelo más largo y estaba muy alta. no nos dijimos casi nada, hablamos de banalidades.
cuando terminamos el café con leche y la incomodidad propia del paso del tiempo comenzaba a manifestarse, decidimos irnos.
me dio un papel que guardé en el bolsillo de la campera para leer en mi casa.
pasaron muchos años pero el contenido de la carta delataba un vínculo que seguía intacto.
un viento esperanzador, olas de libertad y una corazonada de buen porvenir.
al fin éramos grandes.

lunes, 9 de agosto de 2010

fue bastante espontáneo, casi urgente

mordí el mango, tardé en entender mi metamorfosis emocional.
el sabor se mantuvo en mi paladar largo rato, como el recuerdo de algo que quedó muy atrás. bastó con darle la primera mordida para que mi ritmo cardíaco se volviera extraño y fatigado. el nudo empezó a gestarse. evité que las lágrimas.
me transporté a un verano que no sé si realmente existió. los días transcurrían con pereza, nos dedicábamos a existir y a permanecer en un trance vacacional de descubrimientos constantes. parece todo reiteradamente soñado. ya no estás.
probé esa fruta que a mí me enloqueció en el país de las frutas ricas. a vos te parecía demasiado dulce, casi no comías.
ayer conseguí un mango; lo guardé para no morderlo antes que madurase y así evitar decepcionarme.
hubiese preferido llevarme la sorpresa de un mal sabor y evitar todas esas imágenes irreales.
estaba tan delicioso que fue como sentir mil cuchilladas de azúcar en el pecho. la crueldad desafiante de una sorpresa inesperada que parecía burlarse del prejuicio negativo del va-a-saber-mal.
este día invernal hoy se vistió de enero y me entregué al placer de la mordida con inocencia, aunque conciente de a qué cosas me rememoraba la fruta. pensamientos que se mantenían en una superficie estable, controlable.
el recuerdo del sabor ahora me abandona, como el sonido de un mar precipitado que de golpe se serena, haciéndome notar cuánta paz puede producir el silencio. un silencio nublado, pero no menos noble que un silencio soleado de olas estruendorosas. en silencio, todos los recuerdos tienen más sol que el presente.

domingo, 1 de agosto de 2010

espera

se sentó sobre el sillón floreado con cuidado de no desacomodar y aspiró la fragancia a ódex que bañaba el neuróticamente-pulcro living de la señora f.
esperá acá nomasito, le digo que se apure.
no hay apuro, gracias.
las revistas de decoración y de dietas que estaban sobre la mesa tenían las páginas duras, como si algo se hubiese volcado sobre ellas tiempo atrás. no pudo evitar pensar en vómito. las dejó en su lugar e hizo el gesto inmediato de limpiarse las manos en los muslos.
el aire que aspiraba parecía estar encerrado en ese living por siglos y el perfume a limpieza sólo decoraba superficialmente el pesado estancamiento del tiempo.
algo atemporal latía en una especie de brisa ancestral que lo rozaba.
era como respirar la muerte de sus abuelos.
la señora f se acercó a darle un vaso de plástico con leche (¿leche? ¿sola?). fue un acto espantoso.
en el platito donde se posaba el vaso había una masa seca de esas que compran las tías. sintió cada detalle repulsivo en ese depósito de tiempo con olor a limpio y ajeno.
el asco que experimentó fue mayor a la excitación que le provocaba la hija de la señora f. o se percató de que la muchacha pertenecía a todo eso.
la dejó cambiándose, sola.
la señora f le dio la leche intacta a la gata y la masita al perro, para no desperdiciar. la hija conoció a otro mejor para ella.

jueves, 22 de julio de 2010

yo no sé nada

Yo no sé nada
Tú no sabes nada
Ud. no sabe nada
Él no sabe nada
Ellos no saben nada
Ellas no saben nada
Uds. no saben nada
Nosotros no sabemos nada.
La desorientación de mi generación tiene su expli-
cación en la dirección de nuestra educación, cuya
idealización de la acción, era —¡sin discusión!—
una mistificación, en contradicción
con nuestra propensión a la me-
ditación, a la contemplación y
a la masturbación. (Gutural,
lo más guturalmente que
se pueda.) Creo que
creo en lo que creo
que no creo. Y creo
que no creo en lo
que creo que creo.
" Cantar de las ranas "
¡Y subo escaleras arriba!
¡Y subo escaleras abajo!
¿Allí está? ¡Aquí no está!
¿Allá está? Acá no está!
¡Y subo escaleras arriba!
¡Y subo escaleras abajo!

(yo no sé nada - oliverio girondo)

lunes, 12 de julio de 2010

habitación

su alfombra, su cama, su techo. estrellas brillantes en la oscuridad absoluta.
seres coloridos, gigantes y espeluznantes se entrelazan con cohetes y una vía láctea se puebla de perritos con la cara de ella.
la tarea sin hacer, la música triste, exagerada. la ropa en el piso.
lo llaman a comer una vez, lo llaman a comer dos veces. no te lo digo más.
cuando la puerta de su habitación se abre, la realidad irrumpe con impetuoso desaire.
el estruendo que provoca todo eso que está fuera de su cuarto es apabullante. cierra los ojos y finge dormir. ¿dormís?
las estrellas, otra vez las estrellas. un planeta con la cara de ella gigante, gigante. una estampita de la virgen maría; con su cara, otra vez. un espacio muy verde y floreado habitado sólo por ella, la-más-linda-la-más-genial.
ella y su todo ella. cara de alfajor, pecas. provocadora de tropiezos. no lo dejaba dormir, no lo dejaba comer.
la tarea sin hacer, la música triste y el porvenir de una larga noche de ensayos mentales y sudoración. la elección de las palabras precisas para decir eso sin quedar como un tonto.
los seres gigantes le decían: vamos.
las estrellas encandilaban, pero por primera vez experimentaba algo que aprendería a denominar Vacío.

domingo, 27 de junio de 2010

explosión

el momento en el que le dijeron que la amaban no pudo contener la explosión que atravesó su entrepierna y que culminó en la garganta. qué persona era.
fue una explosión fugaz, supo hacerla feliz pero culminó en su garganta. qué persona era con el resto.
otra vez la náusea. ellos aclamaban una señal de aceptación. ella no aceptaba. era la náusea de la incertidumbre con tendencia negativa, obsesiva y autocrítica que se instalaba en su ser desfigurando su entorno, amando solo su cuerpo. qué quería el resto de ella.
el autoabrazo la protegía de los demonios que pululaban su cabeza irracional, cabeza dura.
y su cuerpo de mujer grande conocía la impureza del pecado. qué era lo mejor para ella.
y su cuerpo de mujer, que era lo mejor para ella.

viernes, 18 de junio de 2010

wind of change

tarde. ya era tarde cuando se percató de que hizo un muy mal negocio. los stickers de felpa no estaban a la altura de las figus de rainbow brite y mucho menos de la figu díficil. no había más remedio que olvidar aquél acontecimiento.
rocío había abandonado la escuela y el barrio. entonces, cualquier reclamo iba a ser en vano. tardó varios meses en olvidar la sensación de haber sido pisoteada como un chicle viejo en una baldosa y su álbum incompleto permaneció en el estante de los peluches feos durante muchos años, por culpa de ésa.
recién lo encontraría cuando, a los catorce, hiciera un reordenamiento radical de su habitación, guardando en un canasto todas las cosas que ahora a la vista ya no eran geniales.
en su lugar colocó pósters de bandas que en realidad no le gustaban del todo, pero que decididamente daban una imagen más madura de ella. por ejemplo, había escuchado solamente un tema de scorpions, pero igual pegó con mucha voligoma la imagen de ellos en la pared junto a su cama.
la figu difícil, y en su lugar unos leones bobos de felpa de setenta centavos la plancha. lo más próximo a tener un álbum completo fue eso.
de haberlo podido completar, nunca pensó en cambiarlo por un juego de mesa acartonado o una cartuchera de los looney tunes, era bastante estúpido después de tanto trabajo. y los rollers eran un mito, nunca eran el premio al álbum lleno aunque varios presumieran tenerlos gracias a haber invertido mucho dinero en paquetes de figus. puro mito escolar.
solo quería regocijarse en la sensación de plenitud por tener un tesoro envidiado por muchos, sin fallas, sin huecos.
ella no recordaba haberse ganado nunca nada. sí. una vez se ganó un yogur gándara. pero su inconsciente se había encargado de hacerla olvidar de tal patetismo.
cuando, años más tarde, encontrara el álbum con un sólo rectángulo sin llenar, recordaría con bronca infantil haber sido estafada por primera vez en su vida por una pequeña trenzuda salvaje que, a sabiendas de su próxima huída, manipuló con astucia a la mejor alumna de manualidades, dándole unos stickers de felpa a cambio la figu difícil, para obtener la cartuchera de los looney tunes que tanto quería.

lunes, 7 de junio de 2010

es culpa de la fatalidad

"el amor, creía, debía llegar pronto, con grandes destellos y fulguraciones, huracán de los cielos que cae sobre la vida, la transforma, arranca las voluntades como si fueran hojas y arrastra hacia el abismo el corazón entero.
no sabía que, en las terrazas de las casas, la lluvia hace lagos cuando los canales estan obstruídos, y hubiese seguido con aquella tranquilidad de no haber descubierto de repente una grieta en la pared (...)"

(gustave flaubert)

lunes, 31 de mayo de 2010

viaje

una máquina con más rumbo que su propia vida la lleva y a ella le gusta. se está bien sin pensar. destino, llegada. sin deambuleos ni subidas ni bajadas estrepitosas.
la música acompaña y lo que para otros es exhaustivo para ella es una salvación placentera. el ronroneo seco del sucio motor no logra imponerse ante la canción número dos, que suena en repeat. la máquina, luego de llegar a destino, vuelve a comenzar. quisiera ser una máquina.
varios mutantes comparten el momento junto con ella. están lloviendo osos, le dice uno. ¿cómo dice? que están lloviendo osos, usted no tiene paraguas. ¿le gustan los osos? están bien, dice ella.
la saludó cordialmente y bajó de la máquina abriendo un enorme paraguas. destino, señorita. yo sigo, gracias. y en ese preciso momento comenzaba a tener el sueño de las tortugas disecadas. varias tortugas secas aparecían en sitios inesperados de su casa, algunas en pedazos. también soñaba con un loro que había dejado escapar de su jaula y se escondía en rincones muy estrechos e inaccesibles. pero alguien le decía que debía enjaularlo, entonces ella buscaba al loro y en los rincones inhóspitos solo encontraba tortugas disecadas.
pensaba que soñar con cosas verdes debía ser producto de comer tanta lechuga. clorofila onírica.
generalmente, cuando se despertaba tardaba un rato en entender. esta vez no entendió, pero no le importó demasiado. el motor seguía vibrando. miró por la ventana. afuera llovían osos.

miércoles, 26 de mayo de 2010

10 pm

le volcó el café sobre su camisa, hubiera querido sacársela.
muchas disculpas, enrojecimiento evidencial.
la película no empezaba y la pantalla en negro duró dos horas, cinco horas.
la oscuridad fue eterna y la tela del sillón áspera. le costaba encontrar una posición cómoda.
el café en su camisa se expandía con el frío del agua, transparencia malévola.
la película empezó y olvidó el acontecimiento, pero no pudo encontrar ninguna posición cómoda ni dejar de sentir la presencia de una mano frágil cerca suyo.

viernes, 14 de mayo de 2010

compleja

no entendió cómo fue que empezó a suscribirse a páginas de internet a modo de evasión o catarsis.
los productos para celíacos eran el nuevo sponsor de su cuenta de hotmail. no sos celíaca. te digo que sí.
la suscripción anterior había sido a la de un sitio que le enviaba semanalmente remedios caseros curativos para el trastorno de ansiedad generalizada. prefirió dejar el café y hacerse celíaca.
empezó a escribir en un foro homosexual y los mails de reuniones y activismo gay empezaron a llenar su casilla y a sacarla de sus casillas. desea no recibir más este tipo de información. click acá.
intenté ayudarla pero no había caso. dejó de hablarme, dejó de hablarle a sus amigos.
ahora estaba convencida de que revender productos por internet iba a cobvertirla en una joven empresaria. fracasó.
curso virtual de ruso para principiantes. click sobre el emoticon de lenin para iniciar el nivel uno.
lo encontró complejo e innecesario. después de todo era una chica práctica. pronto la situación se repetiría con el japonés.
cierta carencia trascendental estaba consumiéndola. se me ocurrió sacarla a pasear unos días pero me mandó a cagar.
ahora hace meses que no escribe en su blog, que no me manda mails y que no me llama a la madrugada para contarme con qué caradurez nos engañan las etiquetas con los ingredientes de los productos que consumimos. no sos celíaca, le decía.

lunes, 10 de mayo de 2010

verano

el tiempo que era nuestro, ahora es de los dioses que una vez creamos jugando en tu cuarto, entre migas de galletitas surtidas sin rastros de las de chocolate, esperando ser grandes pronto y libres al fin.
queríamos quemar nuestros cuadernos e irnos al campo, vivir en una casa como en esa película que nos gustaba tanto en la que al final cantaban una canción de belafonte.
en los cuadros del living de tu casa se veían caballos galopando y campos de girasoles. la merienda era sagrada y para vos verme ponerle azúcar al nesquik era un pecado.
una vez te conté un secreto pero vos estabas pasando al nivel cuatro y no le diste demasiada importancia, entonces perdiste y me tocó a mí, pero yo seguía estancada en el nivel dos.
el tiempo que era nuestro, ahora es de los dioses que se fueron a otro lado y en tu cuarto vacío quedaron las migas de mi secreto, entre cuadernos con olor a papel de carta y los restos de la última merienda intacta.

jueves, 6 de mayo de 2010

cuatro horas

cuatro horas de sueño. torpeza en el caminar, en sostener un objeto en mi mano, casi hasta en el respirar. presentí que iba a ser un día de mierda desde que mis ojos se abrieron cuarenta minutos antes de que sonara el despertador con miedo de haberme quedado dormida. supe que esos cuarenta minutos de mullido sueño iban a durar, en realidad, diez minutos. no duraron ni dos. velozmente la alarma empezó a gritarme para que saliera de la cama calentita. le tuve que hacer caso.
cuatro horas de sueño y no descarté en ningún momento la muy factible posibilidad de que éste sería un día de mierda. lo enfrenté con fuerza por la mañana temprano. enfrenté el frío y las minúsculas gotitas que empezaban a caer del cielo que no morían en paraguas alguno, sino directamente sobre mis rulos.
evité que las dos horas que duró la clase de sociología, en aquella aula sin ventilación alguna y cargada de la pesada respiración del alumnado, el sueño me ganara de mano. los ojos permanecieron ficticiamente abiertos. la información venía, entraba y luego se tomaba recreos convertidos en divagues mentales y pensamientos bizarros.
casa, almuerzo y siesta. una hora de siesta fue peor que haber seguido de largo. otra clase.
y las tres horas de clase desafiaron nuevamente mi atención con insistencia, pero muy atenta seguí cable a tierra, hasta que los últimos quince minutos me di por vencida. demasiado.
casa, calor, unas tostaditas. ok, eso iba a venir rápido. lo difícil fue que se instalaran recuerdos de vos. y cada vez más nítidos. en el colectivo, el sueño, el hambre, los empujones del sujeto parado a mi lado y el frío se volvieron nada en comparación de lo mucho que necesitaba que estuvieras ahí. no quería ninguna otra cosa, no existía necesidad mayor.
al llegar, noté sorprendida que en la vereda de casa había una multitud concentrada, calles cortadas y autos de policía. ok, ahora QUÉ? seguí pensando en vos. me sequé las lágrimas.
como por inercia le pregunté a una mujer qué era lo que había pasado. no me contestó. la otra mujer que se encontraba parada a su lado me dijo: el marido de la señora acaba de morirse de muerte súbita.
yo creo que estas cosas pasan para hacernos entender que hay personas que realmente la pasan peor que uno. y para que la acertada predicción del día de mierda (que no solo lo fue para mí) pusiera su maldito sello. al menos, vos seguís viviendo. y yo también.

lunes, 3 de mayo de 2010

never meant

let's just forget
everything said
and everything we did
best friends, better halves, goodbyes

and the autumn night
when we realized
we were falling out of love

there were some things
that were said
that weren't meant
like we never did

not to be
overly dramatic

i just think it's best
cause you can't miss what you forget

so let's just pretend
everything and anything
between you and me
was never meant

(never meant - american football)

martes, 27 de abril de 2010

extrañas

cuando me regaló ese chocolate que me gustaba tanto que costaba, puff, lo mismo que el casette de los grandes éxitos de roxette, le dije que mi mamá no me dejaba aceptar cosas de extraños. me dijo que no era una extraña, que era mi compañera de tercero B, pero yo le dije que mis amigos eran solamente los del A, o sea que ella, para mi era una extraña. me dijo que le encanta como me hago la colita de pelo, ni muy baja ni muy alta. siempre fui talentosa peinándome, no dejo que nadie me pase el peine, me duele mucho y la gente grande no sabe hacer buenas colitas. solo saben hacer bien las milanesas. mirándola bien me acordé de que ella en los recreos era la más genia con el elástico, una vez quise estar en su grupo y no me dejó, pero seguro que no se acuerda, mejor ni le digo, a ver si se arrepiente del chocolate, que igual no puedo aceptar.
la profesora de música no llegaba, estábamos el A y el B juntos solamente en esa clase. si no venía zafábamos de cantar a tres voces marinerito soy, navego sin cesar (..) nos quedamos hablando todo el módulo porque al final la profe nunca vino, igual venía una supervisora a callarnos cada cinco minutos y como tarea teníamos que redactar una carilla de un poema o una canción que se nos ocurriera.
el chocolate estaba ahora en el bolsillo de su guardapolvo, vi cómo, despacito, se lo iba guardando mientras yo pensaba en la vez del elástico. se dio cuenta! se acordó de quién era yo, esa a quien una vez rechazó para jugar al elástico de las talentosas. debe ser que pensé muy alto, una vez escuché que la telepatía existía, y los ovnis también. hay que pensar más bajito, con prudencia.
me preguntó si se me había ocurrido algo para escribir, le dije que no, pero que escribiría una canción. ella me dijo: te juego a ponerle mi nombre a lo que vos escribas y el tuyo a lo que yo escriba. le dije: dale! después me arrepentí. quién era esta extraña que iba a escribir por mí? estoy haciendo esto por un chocolate?
al final ella escribió algo muy talentoso y me lo quedé. yo escribí una canción instrumental y se la toqué en la flauta dulce, me dijo que era re trucha pero que seguro iba a ser un hit. claramente ella tenía más talento que yo.
cuando la supervisora pidió la tarea no entregamos, yo no había hecho nada, es decir, ella, y lo que ella hizo me lo quedé yo porque era tan bueno que me lo merecía más que esa bruja. como castigo, tuvimos que quedarnos un rato más después de que la no-clase terminara. le dije que ahora podía dejar de ser una extraña oficialmente, me dijo que gracias. el chocolate estaba medio derretido, pero yo lo veía asomarse por su bolsillo manchado de tinta y lleno de tizas y otras porquerías e igual me tentaba un poco. hicimos pacto de amistad y le dije que podía venir a la tarde a mi casa. me dio el chocolate, hizo algo muy insólito y adulto. me lo guardó en mi bolsillo, como cuando los grandes te regalan plata cuando te portás bien. me pareció admirable y no me negué. me fui cantando mi nuevo hit de flauta dulce, con un chocolate y un relato de talentosa en el bolsillo.

domingo, 25 de abril de 2010

domenica

es domingo y el cerebro duele. y el corazón patalea. es domingo y lo domingo se impone en el aire con religiosidad y soberbia. dios no existe. te juro que dios existe, tengo una foto.
con un aire de quietud y vacío, me generaban nauseas en los mediodías diáfanos con olor a asado. en el auto, los mareos eran frecuentes. también el olor a sol y el calor en el tapizado de los asientos traseros eran angustiantemente tangibles y en varias oportunidades me obligaban a salir del auto, tomar aire y volver.
sin embargo, había excepciones. después de la siesta de los grandes venían los alfajores fabulandia y algunos australes para la alcancía. drásticamente la muerte pasaba a ser algo regocijantemente feliz. cuando el mediodía terminaba faltaba menos para volver, aunque a veces no quería volver.
los domingos que escapaban a esa rutina no escapaban de la sensación. las mismas contradicciones del día triste-feliz existen hoy, varios años después. la edad y el paso del tiempo son sólo cambios superficiales.

jueves, 22 de abril de 2010

[el tiempo libre es perjudicial para el olvido
qué desgarradora es la pérdida, qué triste lo inevitable]

martes, 20 de abril de 2010

ojos de perro

Ojos de perro. Sabe mentir. Pestañas cortas. Zapatos feos. Mira demás. Odiable a veces. Querible cuando ríe. Dientes pequeños. Ama los gatos. Lee poco. Escribe mucho. Piernas chuecas. Mal gusto. Olor a vainilla. Ropa floja. Pelo castaño. Lagañas. Coca sin hielo. Uñas comidas. Azul. Tarde de verano. Comida chatarra. Malos modales. Buena dicción. Tela de avión. Drogas malas. Silencio. Imperceptible. Pasos sigilosos. Patines. Gripe frecuente. Mala memoria. Abraza mucho. Ojos de perro.

enorme

menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor menor enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme enorme.

domingo, 18 de abril de 2010

león gieco y los freaks

tengo un rato para pensar si quiero o mejor no.
me mostró la panza, me dijo que estaba más flaca, que había implementado una técnica para endurecer la panza mientras caminaba. a mi me pareció patético, pero le dije que le quedaba genial, ahora podía usar la remera celeste que compramos en avellaneda.
le conté de la vez que me confundí de sala en el cine y terminé viendo una película sobre chicos con discapacidades victimizados y tratados con condecendencia. león gieco y los freaks. nos reímos mucho. si mi mamá se enterara de que digo estas cosas...
dice que le parece bien que me haya vuelto a hablar con josefina, que me deje de enroscar. estoy bien, le digo. pero hay una carencia trascendental.
creo que nos comimos la docena de facturas entre las dos, porque cuando entró matías las toqueteó un rato pero al final no se comió ninguna, decía que iba a cenar con flor y tenía que guardar hambre. qué hambre, pensé, justo cuando dijo eso. qué hambre hacerte el lindo y hablar así, la camisa abierta te queda tan mal. es de esas personas que te da re-vergüenza ajena mirar y escuchar.
cuando se fue me sentí mas cómoda. volvimos a las medialunas, mi café con leche ya estaba tibio. odio el café con leche tibio. todavía faltaba un rato para ir a la casa de josefina.
me quedaría hablando con vos así para siempre. nunca le diría eso. me sentía tan cómoda.
en cambio con ella iba a ser diferente. veríamos alguna película de inteligentes que no entenderíamos, ella me hablaría de sus ex novios, y me contaría lo mucho que entendió la película. ese día prefería las medialunas, tal vez hasta ver una peli, pero con vos, y reirnos de león gieco y los freaks. ella me esperaba en su casa, dijo que me mandaría un mensaje o haría sonar mi celular (siempre me olvido de cambiarle el ringtone de shakira). son las siete. tengo un rato para pensar si quiero o mejor no.

uno reloaded

[sus sentimientos son tan intensos que no le queda más remedio que reprimirlos o verse abrumada por ellos]

a veces siento algo muy intentso con el escribir en sí. no, siempre.
necesidad de escribir (huir del escribir).
sale de mí, pero no me dan ganas de que sea algo sobre mí.
uno cuando habla de uno pierde la objetividad.
puesto en otro es diferente y las deformaciones son válidas.
cuando uno se relee ya no es más uno.
es un poco mentiroso.
es uno cargado y afectado por uno.

pensamientos abstractos, nada más.